7 frases que un docente jamás debería decir, según la psicología

Joven silencia las frases que un docente jamás debería decir

La labor de un docente trasciende la mera transmisión de conocimientos. Su misión es inspirar, motivar y guiar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Y, para ello, no solo importa lo que se dice, sino cómo se dice.

Así como las palabras motivadoras puede tener un impacto positivo en el desarrollo de tus estudiantes, existen expresiones que, lejos de ayudar, pueden minar su confianza, autoestima e interés. He aquí algunas de las frases que un docente jamás debería decir a sus estudiantes, según la psicología educativa.

Frases que debes evitar decir en voz alta en el aula

Las palabras tienen un impacto mucho mayor del que pensamos en la mente y el comportamiento de los estudiantes. La mayoría de los profesores es consciente de ello, por eso evitan usar frases como “Serás tonto” o “Eres incapaz” en momentos de tensión.

Sin embargo, existen otras frases mucho más sutiles, pero que también pueden encerrar un impacto negativo en los estudiantes. Expresiones dichas sin ninguna malicia o una intención negativa, pero que pueden echar por tierra su motivación e inspiración y, por tanto, deberías tener cuidado de decir en el aula.

1. “Esto es fácil, ¿cómo no lo entiendes?”

Esta expresión puede generar frustración y vergüenza en el estudiante. Cuando un alumno escucha que algo es “fácil” y no lo comprende, es probable que sienta que es incapaz o menos inteligente que sus compañeros. Esto no solo afecta su autoestima, sino que también puede desmotivarlo a seguir intentándolo.

Es importante recordar que cada estudiante tiene un ritmo y un estilo de aprendizaje único. Lo que para uno puede ser sencillo, para otro puede resultar complicado. Minimizar la dificultad de una tarea puede hacer que el alumno se sienta incomprendido y desconectado del proceso de aprendizaje.

En lugar de etiquetar algo como “fácil”, es más recomendable decir: “Este tema puede ser un poco complicado al principio, pero con práctica lo dominarás. ¿En qué parte necesitas ayuda?” Esta aproximación valida las dificultades del estudiante y lo anima a seguir adelante.

2. “No tienes talento para esto”

Decirle a un estudiante que no tiene talento para una determinada materia o actividad puede limitar sus capacidades y cerrar puertas a nuevas áreas de interés. La psicología nos enseña que el talento no es algo predeterminado, sino que puede desarrollarse con esfuerzo y dedicación. Cuando un docente etiqueta a un estudiante como “no talentoso”, está reforzando una mentalidad fija, lo que puede llevar al alumno a abandonar antes de intentarlo.

En su lugar, puedes decir: “Todos tenemos áreas que se nos resisten más, pero con práctica y dedicación puedes mejorar. ¿Qué tal si probamos algunas estrategias nuevas?” Este enfoque fomenta una mentalidad de crecimiento y anima al estudiante a perseverar.

3. “Eres el peor de la clase”

Comparar a un estudiante con sus compañeros de manera negativa es otra de las frases que un docente jamás debería decir. Este tipo de comentarios no solo pueden dañar su autoestima, sino también generar resentimiento hacia el docente y hacia el proceso de aprendizaje.

La psicología educativa enfatiza la importancia de evitar comparaciones, ya que cada estudiante tiene sus propias fortalezas y debilidades. Etiquetar a alguien como “el peor” puede crear un ambiente de competencia insana y hacer que el alumno se sienta excluido o menospreciado.

En lugar de comparar, es más constructivo decir: “Veo que este tema te está costando, pero estoy seguro de que puedes mejorar. Vamos a trabajar juntos para lograrlo.” Este enfoque se centra en el progreso individual y en la colaboración, en lugar de en la competencia.

4. “Si no puedes hacer esto bien, no llegarás a nada en la vida”

Esta frase es una de las más dañinas que un docente puede pronunciar, ya que puede generar ansiedad y miedo al fracaso en el estudiante. Asimismo, puede crear una presión innecesaria y afectar el bienestar emocional del alumno. Esto ya que, básicamente, transmite la idea de que el valor de una persona depende únicamente de sus logros académicos, lo cual es un mensaje muy limitante.

En cambio, podrías transmitir un mensaje más positivo al decir: “Todos cometemos errores, y eso es parte del aprendizaje. Lo importante es que sigas intentándolo y aprendas de cada experiencia.” Este mensaje fomenta la resiliencia y la aceptación del error como parte del proceso.

5. “No preguntes tonterías”

Cuando un alumno hace una pregunta, está mostrando interés y curiosidad por aprender. Responder con desdén, puede matar esa curiosidad y hacer que el estudiante se sienta inseguro.

Es crucial fomentar la curiosidad y la participación activa en el aula. Cuando un docente desestima una pregunta, está enviando el mensaje de que no todas las preguntas son válidas, lo cual puede inhibir la participación y el interés de los estudiantes.

En lugar de desestimar la pregunta, es mejor decir: “Me gusta que preguntes. Vamos a explorar eso juntos para entenderlo mejor.” Este enfoque valida la curiosidad del estudiante y lo anima a seguir participando.

6. “Siempre igual, no cambias”

Esta frase etiqueta al estudiante de manera negativa y sugiere que no hay posibilidad de cambio o mejora. Puede hacer que el alumno se sienta estancado y desmotivado para esforzarse. Ten en cuenta que el uso de etiquetas negativas puede terminar convirtiéndose en una profecía autocumplida. Si un estudiante escucha que “no cambia”, es probable que internalice esa idea y deje de intentar mejorar.

En su lugar, puedes decir: “Veo que esto te está costando, pero sé que tienes la capacidad de mejorar. ¿Qué tal si probamos un enfoque diferente?” Este mensaje reconoce la dificultad, pero también refuerza la creencia en el potencial del estudiante.

7. “No esperaba más de ti”

Esta frase transmite decepción y bajas expectativas, lo que puede hacer que el estudiante pierda la confianza en sí mismo. Y esto no solo afecta su motivación y autoestima, sino que puede influir negativamente en su rendimiento. Lo que sucede es que cuando un docente expresa decepción, el alumno puede sentir que no vale la pena esforzarse.

En su lugar, es más constructivo decir: “Sé que puedes hacerlo mejor y estoy aquí para apoyarte. ¿Qué necesitas para lograrlo?” Este mensaje transmite confianza en las capacidades del estudiante y ofrece apoyo para superar los desafíos.

Recuerda que, como docente, tus palabras tienen un impacto profundo en la forma en que los estudiantes se ven a sí mismos y en cómo enfrentan los desafíos del aprendizaje. Cada palabra cuenta. Elige aquellas que inspiren, motiven y construyan. Porque, al final, la educación no se trata solo de enseñar contenidos, sino de guiar a los estudiantes hacia su mejor versión.

Crédito de foto: Imagen libre de Pexels

Psicóloga y escritora. Divulgadora científica y apasionada de la mente humana. Defensora de la educación como única vía para el desarrollo personal y social. Aprendiz a tiempo completo.

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