Vivimos en la era del hacer.
Ocupamos nuestros días con una cantidad ingente de tareas que no nos dejan tiempo libre. Incluso, a veces llegamos a sentirnos culpables si no tenemos nada pendiente y nos dedicamos al “dolce far niente”. Lo peor es que esta manera de afrontar la vida se la estamos transmitiendo a nuestros hijos y estudiantes llenando sus agendas de inicio a fin.
Sin duda, mantener a los más jóvenes siempre ocupados, sobre todo cuando se trata de deberes o actividades extraescolares, es cómodo y satisfactorio para los adultos ya que puede dar la sensación de que cuanto más ocupemos su tiempo, mejor les estamos educando. Sin embargo, más tareas no es sinónimo de más aprendizaje. Tus hijos o estudiantes también necesitan tiempo libre, no solo por su salud mental, sino por su propio crecimiento.
El tiempo libre no es un lujo, es una necesidad
Solemos relacionar el tiempo libre con el ocio, el tedio y un bajo rendimiento. Pensamos que dejar a los jóvenes sin hacer nada, hará que pierdan el tiempo en lugar de aprovecharlo en aprender y educarse. Y, es probable que en muchos casos sea así. Sin embargo, el exceso de tareas y la falta de tiempo libre también pueden jugar en su contra, sobresaturándolos y haciendo que pierdan el interés en el estudio.
Tus hijos o estudiantes necesitan contar con tiempo libre para dedicarse a sus pasiones, hacer lo que les gusta, socializar con los amigos o sencillamente, no hacer nada y conectar consigo mismos. Esto no solo contribuirá a su bienestar emocional, recuerda que sobre todo a esas edades es importante mantener un equilibrio entre las diferentes áreas de la vida, sino que además les permitirá desconectar y relajarse. Y esto es una necesidad.
Desconectar la mente de vez en cuando les ayudará a descansar y recuperar la energía, haciendo que retomen el estudio con las ganas renovadas. También les permitirá descubrir otras fuentes de aprendizaje que, de otra manera, pasarían inadvertidas e incluso, podrán poner en práctica lo aprendido en la vida cotidiana. Esto, a la vez que es una buena manera de estimular su creatividad y fomentar un aprendizaje significativo, propiciando que sean ellos mismos quienes elijan en qué enfocar su atención.
Da más tiempo libre a los jóvenes y enséñales a aprovecharlo
Tus hijos o estudiantes necesitan ocupar su tiempo en tareas educativas o que fomenten su crecimiento. De eso no hay dudas. Sin embargo, también necesitan contar con tiempo libre y, sobre todo, saber aprovecharlo. De lo contrario, podrían terminar perdiendo un tiempo valiosísimo en actividades que les aportan poco o ningún valor. Y eso tampoco lo queremos.
Por eso, es importante encontrar un equilibrio entre las tareas que les agendas y el tiempo que les concedes para ellos mismos. He aquí tres claves sencillas, pero efectivas que pueden ayudarte a encontrar ese equilibrio.
- Proponles menos tareas, pero con más significado
No hay dudas de que la principal preocupación de los más jóvenes debería ser el estudio. Sin embargo, de nada vale que los agobies con un montón de tareas y actividades extraescolares que al final terminan sobresaturándolos y drenándoles las ganas de aprender. Por tanto, en lugar de llenar su agenda de principio a fin, planifícales menos tareas, pero asegúrate de que sean más significativas.
Por ejemplo, en lugar de pedirles que pasen la tarde haciendo deberes repetitivos que les consumen un tiempo valioso y, a veces, no les aportan nada nuevo, ponles menos deberes pero que los inviten a reflexionar y aplicar, de verdad, lo que han aprendido en clase. No solo les dejará más tiempo libre para ellos mismos, sino que les ayudará a aprender más porque se convertirán en un auténtico reto.
- Incítalos a aprovechar su tiempo libre en actividades que les aporten valor
Que tus hijos o estudiantes tengan tiempo libre no implica que sepan aprovecharlo para aprender y crecer como personas. Si nunca han aprendido a gestionar su propio tiempo, es probable que terminen despilfarrándolo en actividades que no les aportan nada y que, incluso, pueden afectar su interés e implicación con su propio aprendizaje. De ahí que no solo sea importante que les des tiempo libre, sino que les enseñes a utilizarlo bien.
¿Cómo? Conviértete en un ejemplo a seguir y planifica actividades de ocio que aporten valor como, por ejemplo, la visita a un museo, a una exposición o una excursión en la montaña. Despierta en ellos el placer por la lectura o el buen cine. Anímalos a desarrollar sus pasiones, ya se trate de la pintura, la escritura o la música. De esta manera, cuando tengan tiempo libre, podrán entretenerse haciendo eso que tanto les gusta.
- Dales libertad para que aprovechen su tiempo libre como deseen
Personalmente, adoro pasar el tiempo libre leyendo, paseando en la naturaleza, compartiendo con las personas que estimo o a solas conmigo misma. Sin embargo, no tienes que compartir estos gustos, así como tus hijos o estudiantes no tienen que compartir los tuyos ni tus recomendaciones. Cada persona es libre -o al menos debería serlo- para elegir disfrutar del tiempo libre como le plazca. Y esta es también una importante lección que debes transmitirles a los más jóvenes.
Dales la libertad que necesitan para que decidan qué hacer con su tiempo libre. ¿Puedes proponerles actividades? Por supuesto. Pero permite que sean ellos quienes tomen sus propias decisiones. Te guste o no, son tus hijos o estudiantes quienes deben construir su propio camino y descubrir su propósito. Por tanto, no les juzgues, ni les critiques. Déjales ser y hacer.
Crédito de foto: Imagen libre de Pexels
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