Una nueva ley prohibirá el uso del móvil en el colegio este curso escolar.
España se suma a países como Francia, Italia o Grecia que ya prohíben este dispositivo en el ámbito educativo, salvo por cuestiones didácticas. Y es una noticia genial puesto que el uso indiscriminado del móvil entre los más jóvenes se ha convertido en una epidemia mundial que cada vez les roba más tiempo y atención, a la vez que afecta sus funciones cognitivas y equilibrio emocional.
Sin embargo, aunque prohibir el móvil en el colegio es un buen primer paso para controlar un problema que se nos está yendo de las manos, en realidad no debería ser la solución definitiva. Más allá de prohibir el móvil, deberíamos centrarnos en enseñar a los jóvenes a gestionar el uso que hacen de este dispositivo y brindarles los incentivos adecuados para que se motiven por el aprendizaje tanto o más que por la actividad digital.
¿Por qué prohibir el móvil no es una buena solución a largo plazo?
Prohíbele algo a un joven y será lo primero que haga cuando tenga la oportunidad.
¿Por qué? Porque prohibir no es educar, es imponer.
Prohibir, del latín “prohibire”, significa impedir que se haga algo. Significa imponer una voluntad ajena sin concienciar las razones que llevan a esa prohibición, sin ofrecer la posibilidad de elegir otras opciones y sin brindar herramientas para conseguir el mismo resultado por motivación propia. Y esto no solo implica coartar la libertad, sino también limitar la toma de decisión y el pensamiento reflexivo.
A corto plazo puede ser una buena solución, sobre todo cuando el problema se nos ha ido de las manos y tenemos ante nosotros a millones de jóvenes adictos al móvil que no son capaces de apartarse de este dispositivo por voluntad propia. Sin embargo, como sucede cuando sufrimos cualquier otra adicción, la prohibición ayuda a marcar distancia de lo que tanto nos tienta, pero debe complementarse con un proceso de reflexión y compromiso personal para que los resultados se mantengan a largo plazo.
Y lo mismo sucede con la prohibición del móvil en los colegios. Prohibir a los estudiantes que usen su móvil en el ámbito escolar puede ser un valioso recurso para ayudarlos a estar presentes. Sin embargo, por sí solo no basta. También es importante enseñarles a gestionar su relación con el móvil de otra manera y, sobre todo, ayudarlos a rescatar su atención y conseguir que se enfoquen en aprender.
¿Cómo conseguir que tus estudiantes te presten más atención que al móvil?
Prohibir el móvil puede ser el primer paso, pero también es importante saber cautivar la atención de los estudiantes para que realmente aprovechen el tiempo en el colegio y sean capaces de esculpir su propio aprendizaje. A fin de cuentas, de nada vale que tengas a toda una clase sin móviles, pero con la mente divagando en otras cuestiones, ¿verdad? Pues bien, he aquí algunas claves que pueden ayudarte a conseguir que tus estudiantes te presten más atención que a su móvil.
- Evoca sus emociones
¿Quién no se ha quedado alguna vez prendado de una lectura que le ha inspirado profundamente? ¿Quién ha podido distraerse de ese debate que levanta ampollas o dejar que su mente discurra mientras escucha una historia que le conmueve? A veces, las emociones pueden nublar nuestro juicio y bloquear nuestro entendimiento, sobre todo cuando son demasiado intensas, pero en su justa medida nos hacen vivir el presente plenamente.
Por eso, una buena manera de mantener a tus estudiantes enfocados en el presente consiste en tocar sus fibras más profundas. Ya sea con una historia para reflexionar, una anécdota graciosa o una pregunta personal, la idea consiste en despertar sus emociones para que sean capaces de conectar e involucrarse en lo que está sucediendo a su alrededor. ¿Quieres ir un paso más allá? Recurre a los juegos de roles o representaciones teatrales en las que deban experimentar en su propia piel las emociones de otras personas. Esta es también una buena manera de fomentar su autoconocimiento y trabajar la educación emocional.
- Despierta su interés y curiosidad
Los seres humanos somos curiosos por naturaleza. Cuando algo nos interesa no hay obstáculo o distracción capaz de apartarnos de nuestro objetivo. De hecho, en algunos casos ese interés llega a ser tan intenso que puede hacer que nos olvidemos de otras responsabilidades o incluso, de dormir. ¿Qué levante la mano aquel que no haya trasnochado nunca por una buena lectura, una conversación interesante o un apasionante proyecto?
Pues bien, si en realidad quieres acaparar la atención de tus estudiantes y conseguir que se “olviden” del móvil, es importante que seas capaz de despertar su interés y curiosidad. ¿Cómo? Introduce datos curiosos y poco conocidos sobre el tema del que estás hablando o cuenta una anécdota que les resulte interesante. También puedes pedirles que compartan alguna información sobre el tema que les haya parecido curiosa. Si el tema lo permite, puedes enseñarles además en la práctica los efectos de la teoría para despertar su motivación. Lo adorarán.
- Anímalos a pensar y reflexionar
No hay mejor manera de estar en el momento presente que cuando pensamos y/o reflexionamos sobre un tema en particular. De ahí que otra buena manera para conseguir que tus estudiantes te hagan más caso a ti que a su móvil consiste en animarlos a pensar en clases.
Hazles preguntas interesantes y diferentes que los animen a reflexionar. Proponles lecturas que requieran un análisis profundo y les ayuden a descubrir nuevos puntos de vista. Pídeles que sean críticos y den su opinión sobre un tema en concreto. Has que duden incluso de las cosas que dan por ciertas para que tengan que llevar su mente un paso más allá y salir de la caja.
Y, por último, sé paciente. Ten en cuenta que la adicción al móvil no se supera de un día a otro. Es probable que al inicio les resulte más difícil seguir el hilo de la clase e incluso se muestren irritables, pero con paciencia y perseverancia, poco a poco comenzarán a estar más presentes y atentos a las lecciones.
Crédito de foto: Imagen libre de Pexels
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