La psicología lo confirma: este pequeño cambio en clase mejora la concentración

Estudiantes toman micropausas activas

Hoy todos sabemos que la concentración es clave para el aprendizaje.

Sin embargo, en la era de la distracción mantener la atención de los estudiantes en clase es todo un desafío.

Las interrupciones, el uso excesivo de pantallas y la falta de hábitos adecuados son solo algunos de los factores que afectan la capacidad de tus estudiantes para enfocarse y retener información.

Sin embargo, ¿sabías que la psicología cognitiva y la neurociencia ha encontrado una solución sorprendentemente simple para mejorar la concentración en el aula?

Se trata de un pequeño cambio en la dinámica de clase que puede marcar una gran diferencia en el rendimiento y la capacidad de atención de los alumnos: las micropausas activas.

¿Por qué es un desafío que tus estudiantes mantengan la concentración en clase?

El cerebro humano no está diseñado para mantener una atención constante durante largos períodos de tiempo.

Según la psicología cognitiva, la capacidad de concentración de un estudiante promedio oscila entre 10 y 20 minutos antes de que su rendimiento comience a disminuir.

Esto significa que, en una clase típica de 45 a 60 minutos, hay momentos en los que la mente de los alumnos simplemente se desconecta.

A esto se suman otros factores que afectan la atención en el aula:

  • Sobreexposición a pantallas: El uso de los dispositivos digitales ha reducido la tolerancia al aburrimiento y ha hecho que los estudiantes tengan la necesidad de buscar una gratificación instantánea.
  • Ambientes de aprendizaje pasivos: Escuchar a un profesor hablando sobre un tema durante largos períodos con poca o ninguna interacción disminuye la capacidad de retención de los alumnos.
  • Falta de descanso mental: Se sabe que descansar poco o dormir mal afecta el rendimiento cognitivo y la regulación emocional, a la vez que reduce la capacidad de concentración.
  • Estrés y ansiedad: Los alumnos con altos niveles de estrés, un problema cada vez más común en nuestra educación, tienen más dificultades para mantener la atención en tareas académicas.

Debido a ello a los estudiantes les cuesta cada vez más mantenerse concentrados en clases que, además, sienten que no les aportan mucho o, al menos, no tanto como les gustaría.

La solución está en las micropausas activas

¿Y si la solución a los problemas de concentración de tus estudiantes fuese tan sencilla como planificar micropausas activas durante las clases?

Un estudio realizado por la Universidad de Illinois demostró que tomar pausas cortas y activas durante una tarea prolongada puede mejorar significativamente la concentración y el rendimiento. Esto ya que permite al cerebro “reiniciarse”, lo cual reduce la fatiga cognitiva y mejora la capacidad de retención.

Es lo que se conoce como la Teoría de la Restauración de la Atención (ART, por sus siglas en inglés) y, básicamente, hace referencia a la necesidad del cerebro de tomar descansos breves o micropausas activas para mantenerse activo y enfocado.

Las micropausas activas no son más que pequeños descansos de entre 30 segundos y 3 minutos en los que se realiza algún tipo de movimiento o estimulación sensorial distinto a la actividad anterior como, por ejemplo:

  • Ejercicios de estiramiento: Movimientos simples que liberan tensión y aumentan la oxigenación del cerebro.
  • Respiración consciente: Técnicas de respiración profunda que reducen el estrés y mejoran la claridad mental.
  • Minijuegos cognitivos: Breves desafíos mentales o preguntas distintas del tema de la clase que activan otras áreas del cerebro.

Y lo cierto es que, aunque te parezca muy sencillo, en realidad es una técnica muy efectiva. El estudio de la Universidad de Illinois demostró que los participantes que tomaban pausas breves cada 20 minutos mantenían un nivel de concentración significativamente mayor que aquellos que trabajaban de forma continua.

¿Por qué son tan efectivas las micropausas activas? Su impacto en el cerebro

Para entender por qué son tan efectivas las micropausas activas hay que analizar cómo actúan a nivel cerebral.

Cuando un estudiante se concentra intensamente en una tarea, su cerebro activa lo que conocemos como red de atención ejecutiva, encargada de mantener la atención y la toma de decisiones. Sin embargo, después de un rato esta red termina fatigándose, como reveló un estudio de la Universidad de California.

Lo que sucede es que, tras exponerse a largos períodos de trabajo sin descanso, los estudiantes experimentan un aumento en la actividad de la red neuronal por defecto, que es la responsable de la distracción y la divagación mental. En otras palabras, cuando la concentración se agota, el cerebro entra en un estado automático de desconexión.

Pues bien, las micropausas activas ayudan a evitar este problema al permitir que el cerebro recupere la energía de manera rápida y eficiente. De hecho, según comprobaron los investigadores del estudio de la Universidad de California, los estudiantes que tomaban pausas estratégicas no solo mejoraban su concentración, sino que también retenían mejor la información y mostraban menos fatiga mental al final de la jornada escolar.

¿Cómo implementar micropausas en el aula?

Incorporar micropausas activas en el aula es mucho más sencillo de lo que imaginas. No requiere grandes cambios en la planificación, pero sí una intención consciente de tu parte ya que deberás tenerlas en cuenta y planearlas con antelación. He aquí lo que debes tener en cuenta al aplicarlas en el aula.

1. Planifica pausas cada 20 minutos

El tiempo ideal para implementar pausas en el aula es cada 20 a 25 minutos. Esta frecuencia te permite desarrollar los temas en bloques para que el contenido sea más fácil de comprender porque, además, permite a los estudiantes mantener la concentración sin llegar al punto de fatiga. Por tanto, tenlo en cuenta a la hora de planificar tus clases.

2. Elige pausas dinámicas y breves

Las micropausas activas deben ser cortas – entre 1 y 3 minutos – e involucrar una actividad distinta a la actividad en curso. Prueba a implementar en clase:

  • Ejercicios de respiración: Inhalar durante 4 segundos, mantener la respiración 4 segundos y exhalar lentamente durante otros 6 segundos.
  • Movimientos físicos: Estiramientos rápidos o pedir a los estudiantes que se levanten y caminen un poco.
  • Preguntas sobre un tema diferente: Contarles un dato curioso o hacer una pregunta creativa para activar la mente.

3. Involucra a los estudiantes en la elección de las pausas

Animar a tus alumnos a que elijan qué tipo de pausa prefieren puede aumentar su compromiso con esta técnica y mejorar su eficacia. Ofréceles algunas opciones como pausas de baile, dibujos rápidos o incluso mini-retos de memoria y deja que elijan lo que más les apetezca. A fin de cuentas, de lo que se trata es que les resulte entretenido para que realmente surta efecto.

4. Usa señales para recordar las pausas

Recordar cuándo hacer las pausas puede ser complicado, sobre todo si estás en mitad de una explicación. Por eso, una buena estrategia puede ser utilizar un sistema de señales visuales o sonoras que te ayuden a recordar cuándo es momento de tomar un descanso sin que tengas que interrumpir abruptamente la clase. Aunque si notas que los estudiantes empiezan a distraerse, quizá sea hora de tomarse un respiro.

5. Evalúa el impacto

Después de implementar las micropausas, invita a los estudiantes a reflexionar sobre ese tiempo y lo que hicieron. Pregúntales si les gustó y les ayudó a despejar la mente. Ten en cuenta que las actividades que funcionan en un grupo pueden no funcionar en otra clase, por lo que evaluar el impacto que están teniendo las micropausas activas es importante para poder adaptarlas a las necesidades y características de cada grupo.

Referencias:

Lleras, A., & Ariga, A. (2011). «Brief and rare mental ‘breaks’ keep you focused: Deactivation and reactivation of task goals preempt vigilance decrements». Cognition, 118(3), 439-443.

Small, G. W., Moody, T. D., Siddarth, P., & Bookheimer, S. Y. (2009). «Your Brain on Google: Patterns of cerebral activation during internet searching». The American Journal of Geriatric Psychiatry, 17(2), 116-126.

Crédito de foto: Imagen libre de Pexels

Psicóloga y escritora. Divulgadora científica y apasionada de la mente humana. Defensora de la educación como única vía para el desarrollo personal y social. Aprendiz a tiempo completo.

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