Cuando somos pequeños, exploramos el mundo sin miedo a equivocarnos. Hacemos preguntas con total libertad y probamos nuevas formas de hacer las cosas. Aprendemos por hobby, por placer, por curiosidad.
Sin embargo, a medida que crecemos, esta actitud se va apagando. Asociamos el aprendizaje con la escuela, el estudio, los exámenes y las calificaciones, olvidando que aprender es un proceso natural y espontáneo.
Pero la realidad es que el aprendizaje va más allá de la educación formal.
Aprendemos con cada experiencia, conversación y desafío. Aprendemos sobre la marcha, mientras hacemos, pero también cuando no hacemos y nos dedicamos a la observación consciente.
Porque aprender es mucho más que un verbo, es una actitud. Una manera de ver la vida que en Psicología se conoce como mentalidad de aprendizaje.
¿Qué es la mentalidad de aprendizaje?
La mentalidad de aprendizaje es la disposición a aprender de manera constante, sin importar el entorno, las circunstancias o la etapa de la vida en la que nos encontremos. Implica mantener viva la curiosidad, estar abiertos a nuevas ideas y comprender el conocimiento como un viaje sin fin, en lugar de un destino.
Se trata de un enfoque que nos impulsa a encontrar un aprendizaje en cada nueva experiencia, a crecer asumiendo desafíos y a ver los errores como oportunidades para mejorar. Una manera de entender el crecimiento como un proceso continuo que se nutre de cada vivencia, por insignificante que parezca.
Porque cuando desarrollamos una mentalidad de aprendizaje comprendemos que el conocimiento es infinito y que siempre hay algo nuevo por descubrir. Somos conscientes de que cualquier instante puede encerrar un nuevo aprendizaje, por lo que no solo reflexionamos sobre libros e ideas brillantes, sino también sobre una película, el comportamiento de una pareja en el parque o una simple conversación cotidiana.
Porque lo más interesante es que este enfoque es no solo se aplica al ámbito académico o profesional, sino también a la vida cotidiana ya que es allí donde se encuentran los aprendizajes más auténticos y donde cobra vida nuestra curiosidad, el motor impulsor de una mentalidad de aprendizaje consolidada.
Mentalidad de aprendizaje vs. Mentalidad de crecimiento
Si bien la mentalidad de aprendizaje y la mentalidad de crecimiento están estrechamente relacionadas entre sí, en realidad se trata de dos conceptos diferentes.
La mentalidad de crecimiento, un concepto desarrollado por la psicóloga Carol Dweck en su libro Mindset, la actitud del éxito, se basa en la creencia de que nuestras habilidades y talentos pueden desarrollarse con esfuerzo, práctica y dedicación. Es lo opuesto a la mentalidad fija, donde se asume que la inteligencia y las capacidades son innatas e inmutables.
En cambio, la mentalidad de aprendizaje es un concepto más amplio que no solo se enfoca en el crecimiento personal, sino también en la actitud con la que nos enfrentamos al conocimiento en general. Es una manera de ver el mundo que nos anima a aprender de manera natural y espontánea, en lugar de hacerlo con una intencionalidad concreta o “solo” para crecer.
Mientras que la mentalidad de crecimiento se enfoca en la mejora de habilidades específicas como vía para el desarrollo humano, la mentalidad de aprendizaje no tiene un objetivo concreto, sino que implica una curiosidad constante y el deseo de entender el mundo de una manera más profunda. Dicho de otra manera, la mentalidad de crecimiento nos ayuda a desarrollar nuestras capacidades mientras que la mentalidad de aprendizaje nos impulsa a seguir explorando sin importar cuán lejos hayamos llegado.
5 claves para desarrollar una mentalidad de aprendizaje
Afortunadamente, desarrollar una mentalidad de aprendizaje no es algo exclusivo de eruditos. Cualquier persona puede abrazar esta actitud ante la vida y empezar a aprender de todo lo que sucede en su día a día. ¿Cómo?
1. Cultiva a diario la curiosidad
La curiosidad es el motor impulsor de todo aprendizaje. Es lo que te motivaba a preguntar el “¿por qué?” de todo cuando eras niño y que te hacía aventurarte a explorar nuevas vivencias. Pues bien, esa misma actitud curiosa es la que debes mantener a lo largo de la vida para desarrollar una mentalidad de aprendizaje.
¿Cómo conseguirlo?
- Ve un paso más allá en todo: No te conformes con lo que ya sabes. Pregúntate siempre: ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo funciona? ¿Qué pasaría si lo hiciera de otra forma?
- Empieza a ver la vida con los ojos de un aprendiz: No des por sentado que ya conoces todo. Ábrete a descubrir nuevas experiencias y a ver las cosas de siempre con otros ojos. Incluso de la película más banal o del simple ciclo de los árboles puedes sacar grandes aprendizajes.
- Expande el aprendizaje a distintas áreas: A veces, la respuesta a un problema en tu campo de estudio está en otro completamente diferente. Explorar diferentes disciplinas te hará más creativo y versátil.
2. No temas equivocarte, los errores son maestros de vida
Uno de los mayores obstáculos para el aprendizaje es el miedo al fracaso. Por eso, muchas personas evitan intentar cosas nuevas porque temen equivocarse. Sin embargo, el error es una de las mejores herramientas para aprender.
¿Cómo aprovecharlo?
- Cambia tu mentalidad sobre el error: En lugar de verlo como una señal de que “no eres bueno en algo”, entiende que es una parte natural del aprendizaje y que pueden encerrar muchísimas lecciones.
- Analiza tus errores: En lugar de frustrarte o sentirte culpable, pregúntate: ¿Por qué fallé? ¿Qué puedo hacer diferente la próxima vez? Comprender tus errores es también una manera de aprender.
- Prueba y adáptate: Si algo no funciona, intenta un nuevo enfoque en lugar de rendirte. A fin de cuentas, en eso consiste aprender, ¿no?
3. Sal de tu zona de confort, el aprendizaje real ocurre fuera
El crecimiento real ocurre cuando te enfrentas a lo desconocido. Si solo te limitas a lo que ya dominas, nunca expandirás tus habilidades ni tu conocimiento. Para desarrollar una mentalidad de aprendizaje, necesitas desafiarte constantemente.
¿Cómo aplicarlo?
- Aprende cosas nuevas, incluso si parecen difíciles: No digas “esto no es para mí” sin haberlo intentado. Atrévete a aprender sobre temas que te llamen la atención.
- Asume retos a pesar del miedo: Preséntate como voluntario para exponer en clase, aprende un idioma nuevo o toma un curso en un área desconocida para expandir tu mente.
- Enfrenta el aprendizaje como una aventura: En lugar de verlo como algo estresante, míralo como una oportunidad emocionante.
4. Rodéate de personas que te inspiren a aprender
Tu entorno influye directamente en tu mentalidad. Si te rodeas de personas curiosas, motivadas y con ganas de aprender, su actitud te contagiará.
¿Cómo conseguirlo?
- Busca amistades y mentores que te impulsen: Rodéate de personas que disfruten el aprendizaje y que te motiven a crecer.
- Aprende de personas con diferentes perspectivas: No te limites a un solo grupo de pensamiento. Hablar con personas de otras áreas o culturas ampliará tu visión del mundo.
- Comparte lo que aprendes: Enseñar a otros es una de las mejores maneras de reforzar tu propio conocimiento. Debate con tus amigos, colegas o incluso desconocidos sobre temas que os interesen.
5. Practica la observación consciente
¿Quién dijo que solo aprendemos mientras hacemos? También podemos aprender al observar el comportamiento de los demás, los fenómenos de la naturaleza o la interacción entre los animales. Observar de manera consciente lo que sucede a nuestro alrededor puede brindarnos mucha más información de la que pensamos.
¿Cómo aplicarlo?
- Repara en todos los detalles de tu entorno: Vive plenamente el presente y presta atención a todo lo que sucede a tu alrededor, por intrascendentes que parezcan. A veces de las cosas más simples puedes aprender grandes lecciones.
- Analiza con intención: Cuando ves una película, lees un libro u observas a las personas en el parque pregúntate ¿qué lección puedo sacar de esta vivencia? Intenta comprender el aprendizaje que encierra cada experiencia.
- Disfruta el proceso: Si algo te interesa, sumérgete en ello con pasión. Reflexiona sobre lo que estás experimentando y disfruta de lo que sucede. Recuerda que cuanto más disfrutes aprender, más fácil será mantener esta mentalidad a lo largo de tu vida.
Por último, recuerda que tener una mentalidad de aprendizaje significa entender que el conocimiento no tiene límites y que siempre hay algo nuevo por descubrir. Por tanto, abre tu mente, explora nuevas ideas y nunca dejes de aprender de tu entorno. Al final, el verdadero éxito no está en lo que sabemos, sino en nuestra disposición a seguir creciendo.
Referencias:
Dweck, C. S. (2016). Mindset: La actitud del éxito (Coaching). Editorial Sirio.
Crédito de foto: Imagen libre de Pexels
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