¿Educarías a tus hijos en casa, en lugar de llevarlos al colegio?
Es probable que esta idea ni siquiera te haya pasado nunca por la mente.
Estamos condicionados para integrar a nuestros hijos en el sistema educativo desde muy pequeños y dejar en manos de maestros profesionales su aprendizaje. La posibilidad de responsabilizarnos de su educación no solo nos parece descabellada, sino una mala elección.
Sin embargo, ¿sabías que solo en España entre 2000 y 4000 familias practican el homeschooling?
Esta tendencia, que cada vez gana más adeptos entre los padres, promete no solo cambiar la manera en la que educamos a nuestros hijos, sino también la forma en la que concebimos el aprendizaje de los más jóvenes. Descubre en qué consiste y algunas claves para aplicarla.
¿Qué es el homeschooling?
El homeschooling, también conocido como educación en casa, es un enfoque de aprendizaje en el que los padres y/o tutores legales eligen formar a los niños en el hogar, en lugar de escolarizarlos. En este caso es la familia la que toma el mando y decide cómo, cuándo y qué van a aprender los pequeños, diseñando un programa académico a medida que tiene en cuenta las necesidades, los intereses y el ritmo de aprendizaje de cada niño.
Si bien en muchos casos son los propios padres quienes se responsabilizan y ocupan de la educación de sus hijos, otras veces se apoyan en profesionales externos para realizar esta tarea. Porque, contrario a lo que muchos creen, el homeschooling no implica educar a los niños uno mismo, sino hacerlo fuera de las instituciones educativas convencionales, sean públicas o privadas.
De hecho, una de las principales características de este enfoque educativo consiste precisamente en diversificar el aprendizaje de los jóvenes, exponiéndolos a diferentes contextos educativos, métodos de aprendizaje y experiencias de vida a través de los cuales puedan dar forma a su conocimiento. Una manera sencilla de enriquecer su aprendizaje experiencial, estimular su pensamiento crítico y conferir un significado a su enseñanza.
Enseñar en casa, un enfoque educativo perfectamente válido
Educar en casa no es algo nuevo. Así se enseñaba a los niños antes de que existieran las escuelas allá por el siglo XVIII. Incluso, en aquel momento el homeschooling siguió vivo entre las familias de clase acomodada, aquellas que vivían en entornos rurales o que tenían otros motivos religiosos. Dos siglos después este enfoque educativo volvió a cobrar fuerzas en países como Estados Unidos donde hoy cerca del 3% de los jóvenes de entre 5 y 17 años aprenden en casa. Y, poco a poco, se ha ido extendiendo a otras partes del mundo.
De hecho, en países como Portugal, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca o Francia esta práctica está legislada y las familias pueden elegir si educan a sus hijos en casa o los inscriben en el sistema de escolarización convencional. La ley educativa en España no lo contempla ya que la escolarización de los 6 a los 16 años es obligatoria, pero tampoco lo prohíbe de manera explícita, de manera que es una práctica alegal sujeta a interpretación.
Sin embargo, más allá del ámbito legal, lo cierto es que el homeschooling es un enfoque válido para las familias que quieren estimular la libertad de pensamiento y promover un aprendizaje autodidacta en los niños. Esto ya que permite esculpir un proceso de aprendizaje a medida, ajustándolo a los intereses, fortalezas y debilidades de cada aprendiz. De esta manera, son los padres y/o tutores y, más tarde, los propios jóvenes quienes deciden qué y cómo quieren aprender.
Esta peculiaridad, sumada al hecho de que la educación en el homeschooling se va adaptando al ritmo de cada aprendiz y reformulando según sus necesidades e inquietudes, hace que aprender no solo sea más divertido, sino también más interesante y significativo. Una manera sencilla y práctica de enseñar a los jóvenes a tomar las riendas de su propio aprendizaje, desarrollar un pensamiento más crítico y fomentar su libertad de decisión desde una edad temprana.
Por supuesto, el homeschooling no es para todos ya que requiere un grado de compromiso y responsabilidad que muchas madres, padres y/o tutores no comparten o están dispuestos a asumir. Sin embargo, puede ser una buena alternativa para las familias que no compartan los métodos, objetivos o valores de la educación convencional o aquellas que busquen una enseñanza más personalizada o significativa para sus hijos.
Claves para implementar el homeschooling con éxito
La idea de educar a los hijos en casa puede resultar cautivadora para muchas madres y padres. ¡Lo entiendo! Sin embargo, asumir la responsabilidad de la educación de una persona no es algo que deba tomarse a la ligera. No solo requiere un gran compromiso, sino también una cuidadosa preparación.
Por tanto, si estás pensando en educar a tus hijos en el homeschooling es importante que primero te informes sobre la legalidad de esta práctica en el país donde vives y, luego, te centres en preparar un plan de estudio que guíe tus pasos durante, al menos, el primer año. Si no tienes experiencia en el ámbito de la enseñanza, puedes apoyarte en profesionales externos que puedan orientarte durante este proceso.
En cualquier caso, existen algunas claves que pueden ayudarte a implementar el homeschooling con éxito y brindarles a tus hijos una educación significativa y con propósito.
- Convierte a la lectura en tu aliada
Los libros son una de las fuentes de conocimiento más poderosas que existe. Por tanto, si quieres implementar un homeschooling realmente efectivo es importante que les inculques a tus hijos el amor por la lectura desde una edad temprana. Anímalos a leer cualquier libro que caiga en sus manos. No vetes ningún contenido. Si un título les llama la atención, motívalos a que lo lean y saquen sus propias conclusiones. Recomiéndales libros que te hayan gustado o que puedan regalarles valiosos aprendizajes.
- Anima a tus hijos a reflexionar
No hay aprendizaje sin reflexión. De ahí que si quieres enseñar a tus hijos en casa es esencial que los animes a reflexionar sobre los contenidos que aprenden. Hazles preguntas que los motiven a pensar fuera de la caja y les ayuden a advertir detalles o puntos de vista que quizá habían pasado por alto. Permite que formulen sus propias dudas y que den rienda suelta a sus opiniones. Evita censurar sus ideas, en su lugar, lanza nuevas preguntas que les inviten a reflexionar sobre sus propios pensamientos. A fin de cuentas, no hay mayor crítico que uno mismo.
- Permite que experimenten libremente
Permitir que tus hijos vivan nuevas experiencias libremente es una de las mejores maneras de educarles. Esto ya que los animas a descubrir nuevos aprendizajes y a que les confieran un significado por sí mismos. Por eso, motívalos a que viajen, a que se relacionen con otras personas, a que vivan experiencias diversas y salgan con más frecuencia de su zona de confort. Cuando te propongan un plan, no les cortes las alas, incluso si no lo compartes. Apóyalos y asegúrate de que puedan cumplirlo con seguridad.
- Recuerda que el aprendizaje no tiene horarios
El aprendizaje no está sujeto a un horario, un entorno o momento particular. No solo se aprende a través de los libros o mientras se estudia, también es posible sacar valiosas enseñanzas en la vida cotidiana. Por tanto, no limites la enseñanza de tus hijos a unas pocas horas al día. Sé consciente del aprendizaje que encierra cualquier vivencia, por insignificante que parezca, y sácalo a la luz cada vez que tengas la oportunidad. Por ejemplo, puedes aprovechar el momento de pagar en el supermercado para practicar el cálculo o la visita a un museo para hablar de historia y arte.
- Utiliza las emociones a tu favor
¿Sabías que las emociones positivas generan una mayor disposición y apertura al aprendizaje? No solo aumentan la motivación de los jóvenes por aprender, sino que además mejoran su compromiso e interés. Por tanto, apuesta por una educación basada en el amor y la comprensión, donde estimules un estado de ánimo positivo que despierte la curiosidad de tus hijos por aprender. Evita obligarlos o presionarlos para que aprendan y, en su lugar, fomenta su seguridad, entusiasmo, expectación y curiosidad por aprender cosas nuevas.
Por último, recuerda que cada niño es único. Por tanto, no intentes enseñar a tus hijos bajo los preceptos de un plan de estudio rígido y estandarizado. Adapta la educación a sus necesidades e intereses y reajústalas tantas veces como haga falta. A fin de cuentas, de eso se trata el homeschooling, ¿no?
Crédito de foto: Imagen libre de Pexels
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