Pensar cansa.
Y no eres tú.
Aprender continuamente cosas nuevas y reflexionar sobre lo que sucede en nuestro entorno puede llegar a ser realmente agotador. La ciencia lo ha demostrado. La “culpa” es del glutamato, un aminoácido que se genera mientras pensamos y que cuando alcanza altas concentraciones puede resultar neurotóxico, afectar el rendimiento cognitivo y el proceso de toma de decisión, haciendo que te sientas cansado mentalmente.
La buena noticia es que es posible combatir la fatiga cognitiva. La clave está en tomar descansos mentales que ayuden a reducir la concentración de glutamato y le devuelvan la vitalidad y energía a tu cerebro. Porque sí, de la misma manera que necesitas recobrar fuerzas después de un largo paseo o una jornada maratoniana, tu mente también necesita descansar para rendir a máxima capacidad.
¿Por qué es importante descansar la mente?
En la era de la productividad, el descanso se ha vuelto un lujo. Vivimos obcecados con rendir cada vez más y sacar el máximo provecho de cada experiencia. Queremos exprimir hasta la última gota de aprendizaje. No hemos terminado un libro o un curso y ya estamos pensando en el siguiente. Y está muy bien enfocarnos en crecer y en absorber todo el conocimiento que podamos a cada momento, pero también es importante dedicar tiempo a relajarnos y descansar la mente.
Descansar la mente no es perder el tiempo. Este sencillo hábito no solo te ayuda a prevenir la fatiga y el cansancio mental, sino que te permite recuperar la energía agotada y mejorar tu rendimiento cognitivo. Cuando tu cerebro está descansado no solo puedes concentrarte mejor, absorber más información y retener más detalles, sino que puedes sacar conclusiones más profundas, resolver mejor los problemas y tomar decisiones más acertadas.
Y esto, por supuesto, terminará estimulando tu capacidad para aprender. No solo estarás más atento para practicar la observación consciente o la lectura significativa, sino que tendrás una mayor disposición para dejar volar tu pensamiento y reflexionar, tener insights con más facilidad o generar ideas creativas y diferentes sin mucho esfuerzo. Haz la prueba. Dale un descanso a tu mente durante unos días y cuando vuelvas a enfocarte en el aprendizaje notarás que tu cerebro funcionará a máxima potencia.
5 formas de practicar el descanso mental más allá del sueño
Sin duda, la manera más sencilla y efectiva de practicar el descanso mental es el sueño. Al dormir no solo recuperas la energía mental, sino que contribuyes a eliminar las toxinas, como el glutamato, que se concentran en tu cerebro a lo largo del día. Sin embargo, no es la única forma de descansar mentalmente. Existen otras estrategias con las que puedes desconectar y relajarte.
- Disfruta de tus hobbies preferidos
Disfrutar de tus pasatiempos favoritos es una buena manera de desconectar la mente después de un período de estudio o reflexión intensa. Además, es una excelente actividad para automotivarte y alimentar tus pasiones. ¡Y cualquier afición vale!
Ya te guste escuchar música, practicar deporte, dibujar, leer o hacer senderismo, enfrascarte en tus hobbies te ayudará a relajar la mente y aliviará la fatiga cognitiva.
- Adéntrate en la naturaleza
Si quieres desconectar mentalmente, pasa tiempo en la naturaleza. Estar en un entorno natural tiene un enorme poder relajante, a la vez que aumenta tus niveles de endorfinas, haciendo que tu estado de ánimo mejore. Además, se ha demostrado que es un buen recurso para entrenar tu concentración, mejorar tu capacidad de respuesta mental y tu rendimiento cognitivo.
Puedes emprender una ruta de senderismo en la montaña, darte un baño de mar o sencillamente disfrutar de un paseo por un parque o sentarte un rato en un jardín. Cualquier plan al aire libre resulta siempre muy reconfortante para tu mente.
- Cambia de actividad
¿Sabías que un simple cambio de actividad puede ayudarte a desconectar? Si estás agotado mentalmente, pero no puedes tomarte un descanso, prueba a cambiar de tarea. Por ejemplo, si te has pasado toda la mañana leyendo, sal a dar un paseo, practica un poco de deporte, planifica tu próxima jornada o, incluso, mira un vídeo sobre el mismo tema. Este sencillo cambio de tarea ayudará a relajar tu cerebro, reduciendo el gasto cognitivo e insuflándote una nueva dosis de energía.
De hecho, funciona con solo modificar la intensidad de la tarea. Por ejemplo, si estás leyendo un libro sobre filosofía o finanzas personales, pasa a leer una novela o un título de ciencia ficción o aventuras. Tu mente lo agradecerá.
- Vive en el presente
Puede parecer una verdad de Perogrullo, pero lo cierto es que no siempre estamos en el presente. Vivimos a toda máquina, por lo que a menudo, aunque estemos inmersos en una tarea nuestra mente divaga recordando eventos del pasado o planificando el futuro. El problema es que estar pensando todo el rato o con la mente distraída consume una gran cantidad de recursos cognitivos, haciendo que nuestro rendimiento y capacidad de decisión disminuya.
¿Cómo evitarlo? Aprendiendo a vivir más en el presente. Mantente enfocado en cada tarea que haces. Si lees, lee. Si escribes, escribe. Si ves una película, concéntrate en la trama. Este sencillo gesto puede reducir tu gasto energético a nivel cerebral. Asimismo, cada vez que puedas presta atención a las sensaciones que experimentas a cada momento. No solo te ayudará a mantener tu mente en el momento presente, sino que contribuirá a relajar tus sentidos y, por tanto, a desconectar tu cerebro.
- ¡Vete de vacaciones!
Hoy día parece como si nos sintiésemos culpables por irnos de vacaciones. Culpables por todo lo que estamos dejando de hacer, por reducir nuestro rendimiento durante esos días o por aparcar nuestras responsabilidades. Sin embargo, las vacaciones no son un lujo, son una necesidad. Nuestra mente necesita desconectar completamente de toda actividad cognitiva durante al menos unos días para poder “reiniciarse”.
Por tanto, cuando tengas la oportunidad o sientas que estás agotado mentalmente, ¡vete de vacaciones! No necesitas irte al otro extremo del mundo, ni siquiera salir de la zona en la que vives para disfrutar de unas vacaciones. Basta que salgas de la rutina a la que estás acostumbrado y dediques tiempo a mimar tu cuerpo y tu mente. Seguramente volverás con los ánimos y el intelecto renovados.
Crédito de foto: Imagen libre de Pexels
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