¿Te has preguntado alguna vez qué es para ti el aprendizaje?
Si eres como la gran mayoría de las personas, seguramente relaciones el aprendizaje con la asimilación de contenido. Esto es lo que nos han transmitido. Así nos han educado en la escuela. Sin embargo, como dijo acertadamente Lao Tse en una ocasión: “Educar no consiste en llenar un vaso vacío, sino en encender un fuego latente”.
De ahí que el verdadero aprendizaje no se reduce a la simple adquisición de nuevos conocimientos, sino que va un paso más allá. Comprende la elección libre y consciente del contenido que queremos aprender. Implica conferir un sentido a ese conocimiento e integrarlo a nuestra visión del mundo para que realmente nos enriquezca. Una forma de entender el crecimiento que se conoce como aprendizaje consciente y significativo.
¿Qué es el aprendizaje consciente y significativo?
El aprendizaje consciente y significativo no es más que el proceso de crecimiento automotivado en el que asimilamos libremente nuevos conocimientos y les conferimos un sentido para integrarlos a nuestra visión del mundo. Un camino personal en el que tomamos las riendas de nuestro propio aprendizaje, nos involucramos de manera activa en nuestro crecimiento, profundizamos en el conocimiento y elegimos nuestros propios recursos y herramientas para aprender.
Contrario a lo que sucede en el aprendizaje estandarizado y automático, en el aprendizaje consciente y significativo somos nosotros mismos los que decidimos, de manera libre y autodeterminada, los contenidos que en realidad nos resultan útiles y la manera en la que los integramos a nuestro sistema de conocimientos previos. Es nuestra responsabilidad analizar de manera crítica y elegir lo que aprendemos y lo que no, así como imprimirle un significado.
Por supuesto, esto no implica que solo prestemos atención a los contenidos que despiertan nuestra curiosidad, sino que cuando aprendamos lo hagamos de manera consciente y libre, confiriéndole un sentido personal a la información. La única manera de que el conocimiento nos resulte realmente útil, se adapte a nuestras necesidades y condiciones de vida, estimule nuestra creatividad y despierte nuestra conciencia.
¿Por qué es importante enseñar a los más jóvenes a ser conscientes de su aprendizaje e imprimirle un sentido?
El aprendizaje consciente y significativo no solo confiere a cada aprendiz la libertad y el poder de esculpir su propio proceso de crecimiento, sino que además le permite filtrar el conocimiento que realmente le resulta útil. No olvidemos que nuestro tiempo para aprender es limitado, por lo que cuanto más lo optimicemos y centremos nuestras fuerzas y habilidades en aprender los contenidos que en realidad nos interesan y enriquecen nuestra visión del mundo, mucho mejor.
Y es que el aprendizaje consciente y significativo también es una manera ideal de brindar a cada aprendiz la oportunidad de valorar de manera crítica el contenido. Así, no solo enriquece su propio sistema de conocimientos, sino que puede descubrir nuevas perspectivas de ver las cosas. De hecho, es justamente ahí es donde radica la verdadera magia del aprendizaje consciente y significativo, en su poder para transformar la cosmovisión de cada aprendiz y ayudarlo a descubrir su propósito.
Por eso, cuando promovemos un aprendizaje consciente y significativo, ya sea en el contexto escolar, en casa o en cualquier otro entorno, lo que en realidad estamos consiguiendo es enseñar a nuestros jóvenes a aprender y a tomar las riendas de su propio crecimiento. Estamos fomentando su pensamiento crítico y su libertad de decisión, preparándolos para que sean capaces de esculpir su propio proceso de aprendizaje.
3 recursos para promover el aprendizaje consciente y significativo
Promover el aprendizaje consciente y significativo no es tan complicado como pensamos. Basta deshacernos de los antiguos patrones de la educación formal y estandarizada y comenzar a dar más libertad a los jóvenes para que sean ellos los que analicen, elijan y construyan su propio aprendizaje. He aquí tres recursos sencillos, pero útiles que pueden ayudarte.
- Invita siempre a la reflexión
Reflexionar es el primer paso para tomar consciencia del aprendizaje y conferirle un sentido. Solo cuando somos capaces de analizar con un pensamiento crítico el conocimiento, podemos comprender su verdadera esencia, su utilidad y vigencia en nuestra vida.
Por eso, una buena manera de promover el pensamiento consciente y significativo en los jóvenes consiste en invitarlos a reflexionar siempre sobre los nuevos contenidos. Facilítales el conocimiento, pero en lugar de brindarles soluciones, anímalos a que saquen ellos sus propias conclusiones.
- Muestra las opciones, no el camino
La sabiduría que conceden los años y el conocimiento hacen que a menudo queramos facilitar la vida a los más jóvenes y les mostremos el “mejor” camino a seguir. Sin embargo, no olvidemos que en realidad no existe un “mejor” camino porque esto depende de la visión de la vida y el propósito de cada persona.
Por tanto, en lugar de guiar a los más jóvenes para que sigan un camino en concreto, muéstrales todas las opciones disponibles y dales la libertad para que sean ellos quienes decidan qué camino quieren seguir. Es probable que a veces se equivoquen, pero esto no es precisamente negativo, a fin de cuentas, de los errores también se aprende.
- Transmite conocimiento, no significados
Es difícil desprenderse del significado personal que imprimimos al contenido. A fin de cuentas, es la manera en la que lo hemos interpretado e incluido en nuestro sistema de conocimientos. Sin embargo, esto no implica que tenga que ser igual a la forma en que los demás ven el mundo.
Por eso, si no quieres transmitir una versión parcializada y limitada del conocimiento a los más jóvenes, cíñete a transmitir solo la teoría, permitiendo que sean ellos quienes le impriman su propio sentido. Puede coincidir o no con tu forma de ver las cosas, pero de eso se trata precisamente, de que tengan la oportunidad y el poder de interpretar el mundo a su manera.
Crédito de foto: Imagen libre de Pexels
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