Aburrirse para aprender, una técnica inverosímil pero eficaz

Aburrirse para aprender: joven aburrido en el sofá

A nadie le gusta aburrirse.

De hecho, hay quienes literalmente preferirían recibir una descarga eléctrica que quedarse a solas con sus pensamientos, como reveló un estudio de la Universidad de Maastricht.

Estar a solas con nosotros mismos sin nada que hacer nos parece una pérdida de tiempo y un derroche de energía. Por eso, cuando estamos ociosos nos afanamos tanto en buscar alguna actividad en la cual enfocarnos.

Sin embargo, lo que muchos no saben es que el aburrimiento también tiene un lado positivo. No solo nos ayuda a conectar con nosotros mismos, sino que mejora nuestra capacidad de concentración y convierte nuestra mente en tierra fértil para que broten nuevas ideas. De ahí que cada vez más expertos recomienden aburrirse para aprender y estimular el pensamiento. ¿Te animas a intentarlo?

¿Qué pasa en tu cerebro cuando te aburres?

Nuestro cerebro está programado para mantenerse activo frente al continuo bombardeo de estímulos que recibe a lo largo del día. Sin embargo, cuando nos enfrascamos en la misma tarea durante mucho tiempo, no tenemos nada que hacer o no nos exponemos a estímulos nuevos, la excitación nerviosa a nivel cerebral disminuye haciendo que el cerebro entre en una especie de stand by. Entonces llega el aburrimiento.

Básicamente, el aburrimiento no es más que un estado de tedio originado por la falta de estímulos o distracciones o por una tarea reiterada que no nos supone un reto. Un estado en el que se reduce la actividad cerebral consciente, lo que a su vez permite que se active una especie de red neuronal por defecto que es donde “almacenamos” esos insights o ideas creativas que no suelen salir a la luz porque no dedicamos el tiempo suficiente a pensar en ellas.

En otras palabras, cuando nos aburrimos lo que sucede es que nuestro cerebro acalla el ruido y las distracciones habituales para centrarse en analizar la información latente que vamos atesorando con el paso del tiempo. Y justo en ese momento es cuando pueden ocurrir cosas fantásticas, brotar ideas únicas o surgir relaciones hasta ese instante aparentemente inconexas. Es en ese preciso momento en el que aburrirse ya no parece tan mala idea porque se convierte en una oportunidad para aprender y crecer.

Aburrirse para aprender, ¿por qué deberías intentarlo?

En un primer momento puede parecerte inverosímil, pero lo cierto es que estar aburrido puede ser una buena manera de estimular tu aprendizaje y capacidad analítica. Esto porque te ayuda a eliminar la información y estímulos intrascendentes, a la vez que mejora tu rendimiento cerebral y estimula tus funciones cognitivas. ¿Cómo lo hace?

  • Estimula la creatividad

Por mucho que odies el aburrimiento, estar sin hacer nada puede ayudarte a potenciar la creatividad, como demostró un estudio realizado en la University of Central Lancashire. Lo que sucede es que tu mente interpreta el aburrimiento como una señal de que estás atascado y que necesitas nuevos retos. Por tanto, una vez que sales de esa apatía y te pones manos a la obra es más probable que asumas las actividades con una actitud más positiva y entusiasta y con la mente abierta a nuevas oportunidades.

Esto a la par de que cuando estás aburrido pueden brotar los pensamientos más locos y disparatados, esos a los que no sueles prestarle mucha atención, así como encontrar con más facilidad la relación entre distintos conceptos aparentemente sin sentido. ¿El resultado? Ideas más creativas y originales. 

  • Mejora la concentración

¿Sabías que el exceso de información o estímulos afecta tu capacidad de atención? La infoxicación puede hacer que estés pendiente de muchas cosas a la vez, pero que en realidad no puedas concentrarte en ninguna. En estos casos el aburrimiento actúa en tu cerebro de manera similar a una limpieza mental. Ayuda a acallar los ruidos externos y a reducir las distracciones que afectan tu atención y te impiden concentrarte.

Básicamente, actúa como un escudo frente a los estímulos del entorno, lo cual te ayuda a reducir la hiperactividad a nivel cerebral y te permite retomar tus tareas con una mejor capacidad para focalizarte.

  • Fomenta el pensamiento reflexivo

Es difícil pensar de manera crítica y reflexiva cuando tienes la mente ocupada todo el rato en memorizar nueva información o prestar atención a los estímulos del entorno. Por eso, cuando estás aburrido y consigues abstraerte de las distracciones no solo puedes eliminar de tu mente la información insulsa que no te resulta útil, sino que puedes abrirte a reflexionar sobre los contenidos que ya dominas o, incluso, descubrir nuevas conexiones que te ayuden a construir conceptos personales más complejos y elaborados.

Asimismo, estar aburrido también es una buena manera de conectar contigo mismo y practicar el autodescubrimiento, un ejercicio que te ayudará a dar un significado propio al aprendizaje y a perfilar tu propósito educativo.

Crédito de foto: Imagen libre de Pexels

Psicóloga y escritora. Divulgadora científica y apasionada de la mente humana. Defensora de la educación como única vía para el desarrollo personal y social. Aprendiz a tiempo completo.

Comentarios de este artículo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *